miércoles, 28 de mayo de 2014

Uitzi-Presa de Mugiro-Lekunberri. VV Plazaola, Valle de Larraun, Montaña Vasca




























A la que fue planeada como "salida apta para sillitas" de Amaraberrimendizmendi no vino ninguna familia con niño en sillita. Alguien nos dijo: "había un target de niños para venir, si bien eran demasiado mayores para ir en sillita, pero demasiado pequeños para andar 9 km".

¿Y no había un termino medio? Es decir, combinar pies y ruedines a gusto del niño y/o progenitor?

Bien, es lo que tienen estas cosas: siempre aprendes algo nuevo, te dicen cosas que no te podrías haber imaginado, y de algún modo te sirven para pensar y mejorar.



La ruta es muy sencilla, al trarse de una vía verde bien acondicionada. Paramos en la kantina de Plazaola en lo alto de Lekunberri. Algunos picaron y bebieron algo, como la sidra de Aldatz que gastan en el bar. Mientras, yo iba al polideportivo a retirar las llaves del frontón.

El tramo final de la ruta hasta la presa de Mugiro era aun más bonito, circulando junto al río Larraun. Allí paramos otro ratito y sacamos la foto de grupo.

De vuelta en Lekunberri, y llegados al frontón en el centro del pueblo, comimos, bebimos, jugamos y repartimos los regalos de Izadi en buena armonía.

jueves, 15 de mayo de 2014

Nuestra antigua juventud mendizale


Javier Sada, en nuestro Donostistorikoa 3 del pasado abril

"Alcanzar las cien cumbres, cimas o montañas, era todo un reto para un amplio sector de aquella juventud de los años cincuenta y sesenta que sentaba sus reales en las juventudes parroquiales, desde donde se coordinaban las típicas salidas mañaneras que culminaban en lo alto de cualquier monte.

Con frecuencia, la excursión terminaba por la tarde, en los bailes de Rentería, Lasarte o Hernani, no sin antes haber cumplido el rito de "fichar" la escalada, depositando en el correspondiente buzón, cercano o unido a la cruz qe remata nuestras cumbres, debidamente identificada, la tarjeta que justificaba haber alcanzado la meta, al tiempo que se recogía la que otros habían dejado para entregarla en los centros encargados de controlar las ascensiones.

Queda expuesto con este preámbulo lo habitual que a la sazón resultaba planificar una jornada dominguera, teniendo como destino el Adarra, Txindoki, Ernio... y la buena predisposición existente para aceptar las travesías, caminatas o marchas que pudieran organizarse... "

Javier Sada Anguera, extracto de artículo en El Diario Vasco, 4 de mayo de 2014