miércoles, 23 de abril de 2014

Donostistorikoa 3. Un paseo por la cima del monte Ulía




El pasado domingo día 6 hemos celebrado, organizado por Amara Berri Gurasoak (AMPA de Amara Berri eskola) la 3ª jornada de este curso que he venido en llamar Donostistorikoa. El título era "Paseo histórico por la cima del monte Ulía".

Entre el intenso trabajo realizado, el calor que hemos pasado estos últimos días, la astenia primaveral o vaya Ud. a saber qué, y las dudas propias (puede que infundadas) de que algo no llegó a cuajar, me siento satisfecho pero no especialmente contento.

Estar pendiente de que un determinado evento (en el que hay muchos niños) discurra dentro de los límites de "confort" para todos hace que el disfrute personal quede muy en 2º plano, y lo que queda son dos cosas: que no haya pasado nada especialmente negativo (accidente, fallo logístico grave, etc.) y las felicitaciones de las familias que acuden, que normalmente son bastante tolerantes, agradecidas y formales.

He contabilizado un 20 % de bajas, la mayor parte de ellas sin justificación. Algunas de las familias apuntadas no habían efectuado el pago, y me pregunto si no lo hicieron porque había pasado el plazo teórico de cinco días desde la cumplimentación del formulario, o porque, con el paso de los días, decidieron no ir, sin avisar a la organización de su baja. Son suposiciones. He constatado con pena que la aportación del centro de Morlans ha sido testimonial: solo una familia. Tampoco puedo atreverme a dar una razón a este dato.


La jornada tuvo puntos innovadores innegables. Uno a uno los considero como buenas ideas, y puede que en el engarce de todos ellos fuera donde pudimos fallar, porque es en el encaje donde está la madre del cordero.

Alguno de estos elementos fueron la contratación de autobuses discrecionales solo para la ida, ya que la vuelta la realizaríamos a patita (aunque no era obligatorio se podía acudir en coche particular). La inclusión en la jornada de los animadores infantiles fue una idea llevada finalmente a cabo (no sin dudas) para que tanto niños como padres disfrutáramos en mayor grado. Ellos, con los juegos, y nosotros, con las explicaciones de Javier Sada.

Hago notar así mismo que la mayor parte de las familias se quedaron, aprovechando el sensacional día que hizo, a comer en la parte alta de Ulía, junto al bar y al parque. El sol pegaba fuerte y me imagino que tuvieron que aparcarse a la sombra.

El paseo comezó en el parking, circulando hacia el actual albergue, desde donde accedimos a la enorme escalinata que daba paso al restaurante de lujo. En esta zona hizo comentarios bastante interesantes y sorprendentes, inventariando los diferentes parques de atracciones de Donostia a lo largo de su historia (no solo el de Igeldo, ¡hubo más!).

La segunda parte transcurrió por la parte más alta: estación final del funicular (igual al que aun funciona en las cataratas del Niágara), peña del Ballenero, peña del Águila, el "molino" que nunca lo fue...

Esta segunda y última parte sí que fue algo precipitada, ya que, con ánimo de que no se alargara demasiado, quizá quedé con los monitores demasiado temprano. Cosas del directo.

Tras el reparto de los obsequios que nos hizo llegar Izadi kirolak de Gros, cinco familias bajamos con Javier hasta Sagües, por el sendero más clásico y directo. Allí le volvimos a agradecer su aportación y nos despedimos.

Cabe pensar si durante el curso próximo estaremos en disposición de seguir estas experiencias de paseo con comentarios históricos. Nos propuso dos actividades low cost ya que la logística sería muy de andar por casa: paseos por Morlans-Aiete y la vaguada de Puio-Miramón. Iremos viéndolo.